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¿Qué puedo hacer?

Publicado Carlos Enrique Rondón Ávila Por Carlos Enrique Rondón Ávila

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Ya Aristóteles hace 25 siglos, hablaba del zoon-politikón, el hombre social, político, que se relaciona e interactúa con su entorno. Para continuar con los términos aristotélicos, esta definición es más real aún cuando se refiere a la potencia más que al hecho mismo del “ser social”. Para ese entonces Aritóteles habla de hombre social como necesidad, es decir, requerimos de nuestro entorno, de los demás, del contacto y de la retroalimentación permanente (a esto sólo escapan los ermitaños alienados que después de una sobredosis de socialización necesitan rehabilitaciones solitarias). Producto del crecimiento demográfico, los estadios de socialización pasaron de la necesidad a la consecuencia, esto es, vivo en comunidad, en sociedad, no sólo porque lo requiero, sino que además no hay espacio para que todos estemos relativamente separados.

 

Muchas cabezas piensan mejor que una”. Nunca había sido tan acertada esta afirmación. La mayoría de las sociedades donde confluían grandes cantidades de personas en un espacio demográfico relativamente pequeño, lograron mayores niveles evolutivos, tal es el caso de los Mayas, Aztecas, de las civilizaciones asiáticas antiguas, entre otras. Al agruparse más cantidad de personas en un espacio del mismo tamaño, las condiciones de vida se hacen más difíciles, los recursos, la comida, y la organización social. Esto hizo que las personas que integraban sociedades que transcurrían bajo estos escenarios, desarrollaban rápidamente capacidades que de otra forma hubiesen llevado más tiempo.

 

Se podría decir que este último siglo, más que ningún otro, se ha visto determinado por las múltiples conexiones e interacciones ya no solamente entre individuos, sino entre sociedades y culturas. La población mundial se quintuplicó en 150 años, y este ritmo se está incrementando exponencialmente. A estos mecanismo evolutivos, que aún podrían considerarse darwinistas, se les ha añadido otro componente no menos importante, después de Gutenberg, la información disponible registrada se duplica cada 18 meses, lo que hace que cada vez hay más información sobre más temas y de manera más específica y detalladas. En un artículo reciente comentaba Stephen Hawking, que con estos escenarios, el individuo está pasando a un próximo estadio evolutivo, ya no producto de las mutaciones genéticas que siempre caracterizaron estos procesos, sino por la pandemia informativa en la que estamos sumidos.

Http://nodnor.com/filosofia

Recursos relacionados:

 

http://www.dreig.eu/caparazon/2009/07/07/inteligencia-conciencia-continua-aumentada-google-nos-hace-mas-inteligentes/

 

http://www.theatlantic.com/doc/200907/intelligence/1

 

http://www.dreig.eu/caparazon/2009/11/20/llegaron-los-implantes-cerebrales-somos-informavoros-y-la-singularidad-va-en-serio/comment-page-1/#comment-15701

 

http://www.slideshare.net/felmiranda/conectivismo-george-siemens

 

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